Te quieren, te buscan, te encuentran
Ya es de sobra conocido el cartel usado a partir de 1917 por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos para reclutar soldados durante la I Guerra Mundial.
Y es que dirigirse al público de forma imperativa y directa es una técnica muy antigua, pero que en la actualidad ha dejado de ser utilizada. Ya desde los comienzos de la publicidad moderna, fundada por Claude C. Hopkins, el arte de vender se ha dedicado a apuntar directamente a su público target. Es decir, busca la persuación no tanto por el producto sino por un mensaje adaptado al comprador potencial.
Al igual que en la campaña militar de 1917, la nueva película de Michael Bay, La isla (The Island, 2005), se dirige de forma personal e individual al público, con una historia que le hará replantearse no sólo la realidad qeu conoce (como lo hizo Matrix, El show de Truman), sino también la posiblididad de un futuro (al igual que Gattaca).
No desvelaremos el argumento central de la historia (aunque es una lástima que el trailer ya lo haga), lo único que podemos decir es que es una tesis que ataca directamente a un tema muy controvertido en nuestros días (del mismo modo que lo hizo Gattaca). La isla , protagonizada por Ewan McGregor y Scarlett Johansson nos situa en una ciudad donde la mayor esperanza está en viajar a (valga la redundancia) "La isla", un sitio que promete ser paradisiaco pero que por circunstancias demográficas está controlado de forma rigurosa.
Dos de los tres carteles de la película (el tercero no aparece en este artículo por razones obvias) basan su mensaje en un llamamiento personal e individual al público. La palabra YOU(R) está en el centro, llamando directamente a cada uno de nosotros a involucrarnos en la historia. Además, prentende ponernos en los zapatos de cada uno de los protagnistas, que aparecen en el relleno de las letras.
Es verdad que los carteles no presentan una estética fuera de este mundo, sin embargo han sabido cumplir muy bien sus funciones de atracción, sembrar la curiosidad y persuadir a la audiencia. Todo esto mediante un mensaje sencillo y muy bien adaptado a la naturaleza de la historia de la película, que más que un relato de acción (como los acostumbrados por Michael Bay [The Rock o Bad Boys]), promete ser un llamamiento a las conciencias y un tanto a la reflexión de si debemos poner límites a la ciencia antes de que nos destruya (como la propia guerra promovida por el primer cartel).
por Fernando