Nuovo cinema Paradiso

Hacía tiempo que había querido hablar acerca del cartel de la película que a mi parecer es la más grande de todos los tiempos: Cinema Paradiso (Nuovo cinema Paradiso, 1989).

Y es que qué historia puede ser más grande que una que narra la manera en que el cine va tocando tu vida y la va cincelando.

Desde que nació el cine, no ha habido una sola generación que no haya visto su vida revolucionada por este medio. Algunos más que otros, pero algunos, incluso, lo hemos elegido como forma de vida del mismo modo que Totó en la película.

No hay mucho que decir en cuanto al marketing cuando un filme no tiene pretensiones artísticas, ni ambiciones económicas. Una obra así funciona solo y mediante el boca a boca, porque a pesar de que Cinema Paradiso es una historia situada en un pueblo perdido de Sicilia, como Giancaldo, la película es totalmente universal y llega al corazón de cualquiera que lo tenga abierto.

Cinema Paradiso es de ese tipo de cine que se vende solo, porque todo el mundo "necesita" una película así. Una historia que sea capaz de traerte recuerdos a pesar de no haber vivido en la época en la que se desarrolla. Un relato que te emocione, te haga reír y llorar. Todo esto acompañado por la soberbia composición de Andrea y Ennio Moriconne, con una música que a veces estremece hasta el tuétano y en ocasiones alegra hasta el alma.

La imagen gráfica de el filme, como en cualquier película no comercial en el sentido puro fue cambiando en cada país dependiendo del enfoque comercial que quiso darle cada una de las distribuidoras que se hicieron de los derechos.

Ilustrando este artículo se puede observar, en primer lugar, el cartel usado en el lanzamiento en 1989 en Italia. Con una apariencia más popular, que intenta reflejar la variedad de rostros y personalidades que llenan el reparto: desde el cura del pueblo hasta las distintas etapas de la vida de Totó.

En Estados Unidos se optó por una imagen más unida al romance y el mundo del cine como espectáculo. A mí me recuerda mucho a uno de los carteles de The Majestic (2001). Aquí se intenta reflejar las grandes glorias del cine y mediante el beso se alude a la historia de amor como la base de la película.

Por último está el cartel francés, que se ha convertido en la protagonista de las acciones posteriores de lanzamiento en vídeo en, prácticamente, todo el mundo. Su estructura y gusto es mucho más elegante, con una tendencia que intenta acercarse un poco más al cine familiar y para todo tipo de públicos. Además, en sí, absorbe con una mayor profundidad la temática de la película. Utiliza los fotogramas como el largo camino de los dos personajes, como la vida misma, con sus más y sus menos, sus subidas y sus bajadas.

Los fotogramas aluden al beso como el elemento central de la película, a los sentimientos como la herramienta que hace brotar el cine dentro de cada uno de los espectadores el lado más interno, como una lectura personal que une a millones de personas en las mismas emociones.

Finalmente sólo os aconsejo que los que no hayáis visto todavía está película lo hagáis cuanto antes, que aunque no se convierta en vuestra favorita, estoy seguro de que querrán que forme parte de vuestra filmoteca personal.